Libertad Digital
Sheinbaum se convirtió este Domingo 2 de Junio del 2024 en la primera presidenta judía de México. Rara vez se identifica públicamente como judía, y no resaltó su identidad ni tampoco la eludió.
Su triunfo dice bastante sobre el grado en que la efervescente democracia en México ha redibujado el papel de los grupos minoritarios. Sin duda esto trae un cambio positivo y definitivo, más allá de un triunfo electoral.
Se calcula que en México viven en la actualidad unos 40.000 judíos. Es una cifra bastante pequeña en un país de alrededor de 130 millones de habitantes. Aunque las cosas han cambiado en las últimas décadas, las divisiones persisten, al igual que en Israel y otros lugares. La herencia judía de Sheinbaum la ha convertido en el objetivo de una campaña de desprestigio. Han circulado falsos rumores de que no es ciudadana mexicana y que “nació en Bulgaria”.
En septiembre, fue vista con un crucifijo en un acto de campaña. Más tarde explicó que le habían regalado el rosario en algún momento del acto y se lo dejó puesto. Vicente Fox, un expresidente mexicano, la calificó de “judía y extranjera a la vez”.
Aun así, la confesión religiosa de los antepasados de Sheinbaum no ha afectado demasiado a su vida política. Fue secretaria de Medio Ambiente y después fue jefa de gobierno de Ciudad de México, cargo que antes ocupó AMLO.
