Víctor “Muma” Bernárdez, exdefensor y una de las figuras destacadas de la gran generación de futbolistas hondureños, formó parte del histórico regreso de la Selección de Honduras a una Copa del Mundo después de 28 años. Bajo la dirección técnica del colombiano Reinaldo Rueda, Honduras logró clasificar a Sudáfrica 2010, un logro memorable que quedó grabado en la historia del fútbol hondureño.
Hoy, Bernárdez continúa dejando su huella, pero esta vez fuera de la cancha. Junto a otros exjugadores de su generación, es parte de los Hermanos Catrachos, una alianza dedicada a impartir clínicas deportivas. Este grupo de exfutbolistas se ha unido con el propósito de ayudar a los niños hondureños, compartiendo con ellos la experiencia y conocimientos adquiridos a lo largo de sus carreras profesionales.
Las clínicas deportivas de los Hermanos Catrachos buscan inspirar a las nuevas generaciones, inculcándoles valores como la disciplina, el trabajo en equipo y la pasión por el fútbol. Bernárdez y sus compañeros están comprometidos con la misión de formar a los futuros talentos del país, brindándoles no solo habilidades técnicas, sino también un fuerte sentido de comunidad y responsabilidad.
La transición de Bernárdez de jugador mundialista a mentor y formador de jóvenes promesas es un ejemplo claro del impacto positivo que los deportistas pueden tener en la sociedad, extendiendo su influencia más allá de los terrenos de juego. Con iniciativas como esta, los Hermanos Catrachos esperan sembrar las semillas del éxito en el fútbol hondureño, asegurando un futuro brillante para el deporte en el país.